¿Qué es la diabetes?

Es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la concentración de glucosa en sangre debido a que el páncreas no produce, o el organismo no utiliza, la insulina de forma adecuada.

La insulina es una hormona imprescindible para la vida. Todas las personas necesitamos insulina durante las 24 horas del día de forma continua y variable, es decir, no se necesita la misma cantidad de insulina a todas las horas. Cuando una persona come, necesita más insulina y cuando realiza actividad física necesita menos.

La fábrica de la insulina es el páncreas, que es una glándula situada en la parte izquierda del abdomen, muy cerca del estómago. De allí la insulina pasa a la circulación de la sangre para repartirse por todo el organismo.

Nuestro cuerpo necesita energía para funcionar, al igual que un coche necesita combustible. Esta energía la podemos obtener a partir de los alimentos que ingerimos. Generalmente la mitad de lo que ingerimos contiene hidratos de carbono (también llamados azúcares o glúcidos), los cuales, una vez pasan al estómago e intestino, se transforman mediante la digestión en glucosa, que es el azúcar más sencillo. Cuando los hidratos de carbono se encuentran en forma de glucosa, pasan a la sangre y es en este momento cuando actúa la insulina.

La insulina es necesaria para que la glucosa entre en las células, como si fuera una llave, y así la glucosa pueda ser utilizada como fuente de energía. Sin insulina, la glucosa se acumula en la sangre en exceso y provoca hiperglucemia. , y se elimina por la orina, lo cual hace que se orine en gran cantidad (lo que se llama poliuria), y se tenga que beber mucho líquido (polidipsia). La falta de alimento en nuestras células provoca adelgazamiento y cansancio

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de diabetes se realiza a través de un análisis practicado en el laboratorio, midiendo la glucosa en sangre. Son criterios diagnósticos el detectar valores de:

  • Glucemia En ayunas, superiores a 126 mg/dl en dos determinaciones distintas.
  • Glucemia al azar superior a 200 mg/dl acompañados de síntomas típicos como sed excesiva y necesidad de orinar con frecuencia
  • Valores superiores a 200 mg/dl , después de una sobrecarga oral de glucosa (o bebida con 75 g de glucosa).

Los valores normales de glucosa en sangre oscilan entre 70-100 mg/dl.

Cuando la cifra está entre 100-125 mg/dl, se considera una glucemia en ayunas anormal, que es  un estado prediabético.

 Existe otro criterio diagnóstico un valor de Hemoglobina glicosilada mayor de 6.5%. Esta proteína estima la glucemia media de los 2-3 últimos meses.

¿Se cura la diabetes?

Es una enfermedad crónica que no tiene cura, por ahora, aunque sí un tratamiento eficaz, que permite llevar una vida prácticamente normal.

¿Cómo se trata la diabetes?

Aunque hablaremos más ampliamente del tratamiento en otro momento, se basa en el equilibrio de tres factores: la alimentación, los fármacos (ya sea antidiabéticos orales o insulina) y el ejercicio físico regular (especialmente en personas con DM2).  La persona con diabetes deberá coordinar en todo momento estos tres elementos para que la glucosa se mantenga la mayor parte del tiempo en valores normales. Para ello deberá medir con cierta frecuencia la glucemia capilar a través una gota de sangre del dedo. La educación diabetológica permitirá este proceso de aprendizaje para que las personas con diabetes puedan tomar parte activa en la toma de decisiones diarias sobre el tratamiento.

La diabetes puede provocar complicaciones a largo plazo por lesión vascular que pueden afectar a los ojos, riñones, corazón, cerebro y pies; aunque pueden evitarse con un adecuado control glucémico.

Tipos de diabetes

  • Las formas más frecuentes son la DM 1 y DM2.
  • Diabetes gestacional. es una forma de diabetes inducida por el embarazo, que aparece 3-10% de las gestaciones. Al nacer el bebé la diabetes puede proseguir o “curarse”.
  • Diabetes secundaria: a medicamentos (corticoides, inmunosupresores,…). Diabetes secundaria a Cirugía de páncreas (extirpación total o parcia de este órgano)

DIABETES MELLITUS TIPO 1:

Suele empezar en la infancia o la adolescencia (de aquí el nombre de diabetes juvenil), pero no es excepcional en otras edades.

Representa entre el 5 al 10% de todos los casos de diabetes.

Es debida a la destrucción de las células del páncreas productoras de insulina, generalmente por un mecanismo autoinmune.  Nuestro sistema inmunitario  (que son lo que conocemos como defensas) está concebido para protegernos de las agresiones externas, pero en este caso se convierte en agresor y agreden a nuestro cuerpo produciendo la inactivación de las células beta del páncreas. Se origina así un déficit absoluto de insulina, por lo que es imprescindible SIEMPRE el tratamiento con insulina desde el principio.

La diabetes tipo 1 suele presentarse de forma brusca, con aumento llamativo de la sed (polidipsia) y de la cantidad de orina (poliuria), cansancio y pérdida de peso (a pesar incluso de haber comido mucho más que lo habitual).

Generalmente la diabetes tipo 1 aparece de forma aislada, pero en ocasiones existen antecedentes en la familia.

Hasta ahora no se han desarrollado tratamientos para prevenir la diabetes tipo 1, aunque hay muchas investigaciones en este campo que esperemos den resultados pronto.

DIABETES MELLITUS TIPO 2:

Es la forma más común de diabetes, entre un 90-95% de todos los casos.

Es mucho más frecuente que se inicie en la edad adulta, de aquí el nombre popular de diabetes de la gente mayor, aunque puede iniciarse a cualquier edad. Es más frecuente en edades más avanzadas, y sobre todo en obesos. En nuestro medio, De cada 100 personas, 8 tienen diabetes, aunque se estima que otro 6% más desconoce que padece la enfermedad.

La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) se debe a la incapacidad del organismo para producir o poder utilizar de forma adecuada la propia insulina.

La diabetes tipo 2 da lugar generalmente a síntomas generalmente menos evidentes que la diabetes tipo 1 y, a menudo, no da ningún tipo de molestia, pasando desapercibida durante mucho tiempo. Por esta razón muchas personas se enteran de forma casual a través de análisis rutinarios realizados por otro motivo (revisiones de empresa, controles por otra enfermedad, ,…) Si los valores de glucosa son muy elevados, pueden notar los síntomas típicos.

El tratamiento puede variar en función de la fase en que se haya diagnosticado la enfermedad y de la evolución de ésta. Siempre habrá que seguir un plan de alimentación sano, que ayude a controlar el peso corporal, junto con la realización de actividad física regular ; pudiendo ser necesario añadir medicación (antidiabéticos orales o pastillas) y en ocasiones, al cabo de los años, pueden precisar también insulina.

Es frecuente que otras personas de la misma familia también padezcan diabetes.

Se suele asociar a otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, o las alteraciones de los lípidos (elevación de colesterol).

A diferencia de la DM1, las personas con riesgo elevado de padecer DM2 pueden prevenir y/o retrasar la aparición de la DM2 si: mantienen un peso corporal correcto y realizan actividad física regular.

La diabetes es una enfermedad crónica debido a que el páncreas no produce, o el organismo no utiliza, la insulina de forma adecuada. La insulina es imprescindible en la diabetes tipo 1, mientras que en la diabetes tipo 2 La alimentación y el ejercicio son la base del tratamiento, aunque posteriormente pueden necesitarse antidiabéticos orales y/o insulina. El diabético debe aprender todo lo necesario sobre la diabetes para que pueda disfrutar de una vida larga y sana gracias al tratamiento integral de su enfermedad.

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