Miguel Ángel Ortega
Jefe de Psiquiatra del Hospital San Pedro

La primavera comenzó de manera oficial, que no climatológica, el pasado viernes 20 de marzo.

Esta estación, vinculada habitualmente con el aumento de las temperaturas y una sensación de alegría y euforia, viene sin embargo para muchos acompañada de síntomas negativos como cansancio, somnolencia diurna, falta de energía, pérdida de apetito, alteraciones en el sueño, irritabilidad, escaso deseo sexual, cefaleas… La mayoría de estudios lo consideran un trastorno temporal de adaptación a las nuevas condiciones ambientales por el cambio de horario, el aumento de las temperaturas o la humedad. Otros le dan nombre y se refieren a este cuadro de síntomas con el nombre de astenia primaveral. Pero ¿existe realmente la astenia o es una simple sensación? Para resolver todas las dudas sobre este temahemos hablado con Miguel Ángel Ortega, jefe de psiquiatría del Hospital San Pedro.

¿La astenia primaveral es un mito o realmente el número de personas que se sienten decaídas en esta época del año (más de la mitad de la población) es suficiente como para pensar que se trata de una enfermedad?

Desde el punto de vista médico y psiquiátrico la astenia primaveral no tiene entidad clínica y por eso no está recogida en las clasificaciones internacionales de trastornos mentales.Evidentemente estas sensaciones existen en la población en general a tenor del gran número de personas que manifiestan padecer algunos de los síntomas, pero clínicamente lo consideramos más bien una sensación subjetiva causada por los cambios rítmicos característicos de esta época del año.

Sea lo que sea, lo cierto es que la primavera viene acompañada para algunos de síntomas como cansancio, somnolencia diurna, falta de energía, alteraciones del sueño, irritabilidad, ansiedad, pérdida del apetito, cefaleas….¿Por qué se producen, qué factores los provocan?

Para analizar estas sensaciones que manifiestan sentir un alto porcentaje de la población existe la cronobiología, la ciencia que estudia los cambios rítmicos que experimentanlos seres vivos en relación con determinadas estaciones del año o incluso en el transcurso del mismo día y que viene a introducir un término nuevo en la medicina como es el tiempo, el reloj biológico.

Todos sabemos que durante el día padecemos cambios neurofisiológicos y que no estamos igual por la mañana que por la tarde, ni nos sentimos de la misma manera tras trabajar una noche entera o cuando realizamos cambios bruscos de horarios (jet lag). Esto produce una serie de alteraciones en los biorritmos del organismo y en las secreciones hormonales que llevan consigo cambios en la ritmicidad; lo que a su vez puede estar muy en relación con lo que muchas persona manifiestan sentir en esta época del año y que se representa en cambios en el humor, falta de apetito, falta de deseo sexual, astenia…. 

¿Y no es una pena que la época que teóricamente todo el mundo anhela por la llegada del buen tiempo y porque el día es más largo…haya personas quela vivan con cierta desgana o melancolía? ¿Se puede evitar o prevenir?

Resulta muy complicado controlar o prevenir estas sensaciones ya que, aunque conocemos que cronológicamente hay unos cambios de fecha en el calendario, acertar con la climatología es muy difícil. No hay más que ver el tiempo que estamos teniendo, ya que ahora más que primavera parece invierno y algunos días en verano también.

Sin embargo, en otros parámetros que quizá controlamos más como la ritmicidad en los turnos de trabajo, ya existe un ensayo laboral que recomienda adecuar los turnos nocturnos (que no se desarrollen durante 4 días y pasen a ser solode 2) o el ejemplo de las compañías aéreas con el jet lag que intentan compensar adaptando los horarios de los vuelos a los horarios de los países.

También sabemos, por ejemplo, que el sistema inmunológico tiene un papel importante en el origen de las depresiones. Está comprobado que en esta época del año el sistema inmunológico se activa, cambia de alguna manera y por eso hay una mayor disposición a las alergias o una exacerbación de síntomas. Por eso quizás esa exacerbación inmunológica en algunos casos tenga una respuesta en cuadros de astenia con síntomas como el aumento de la irritabilidad o la disminución del humor.

Si tenemos algunos de estos síntomas, o todos, ¿cómo debemos tratarlos?

Lo más recomendable es lanzar un mensaje de tranquilidad a la población ya que normalmente se trata de síntomas muy pasajeros, que probablemente la persona que los padece ya los haya evidenciado en otras ocasiones y por eso mismo haya observado que no constituyen nada grave. Por eso es mejor no acudir al médico y dejar pasar los días.

Otra cuestión muy diferente es cuando estas sensaciones forman parte de un contexto más complejo de síntomas ypuedan tener alguna relación con un cuadro depresivo o de otra patología psíquica de adaptación. En estos casos habrá que observar a la persona y tener en cuenta que este tipo de sensaciones son síntomas latentes en relación con cuadros afectivos o de otro tipo, a nivel psicopatológico, que en determinadas épocas del año se hacen más manifiestos.

Hay personas que relacionan la astenia primaveral con la depresión, pero ¿se puede considerar un cuadro patológico que debe ser tratado?

A pesar de que esevidente que hay un importante porcentaje de personas que padecen este tipo de síntomas de astenia o de apatía en esta época del año, dentro de mi competencia -la psiquiatría- no llega a constituir una entidad clínica como tal por lo que nunca hablaría de un trastorno a tratar o a considerar.

Sin embargo, sí existe una patología psiquiátrica denominada Trastorno Afectivo Estacional que debe tratarse ¿De qué trata exactamente?

Esto es diferente puesto que el Trastorno Afectivo Estacional sí está contemplado como una categoría diagnóstica psiquiátrica, pero hace referencia más bien a casi todo lo contrario, es decir se relaciona más con episodios de depresión en otoño y en verano; y en primavera con episodios del tipo medio maniforme(síndrome con características maniacas o hipomaniacas) o hipertímico(sensación de euforia o alegría sin motivo aparente). Lógicamente también existen casos en los que los episodios suceden a la inversa (más hipertímicos en invierno o depresivos en primavera) debido a que los síntomas clínicos se manifiestan de manera muy diferente en cada paciente pero lo más frecuente en las personas que padecen este trastorno es que en primavera desarrollen un estado de hipertimia (euforia, alegría…).