Algunos especialistas como neurólogos y cardiólogos advierten de que, el miedo al contagio por coronavirus está provocando un drástico descenso de las consultas por dolencias como el ictus o los infartos. Los especialistas muestran su preocupación y temen que se agraven las secuelas y se incremente la mortalidad ante el descenso de consultas e ingresos por estas enfermedades, ya que no es que se estén produciendo menos casos, sino que muchos afectados optan por no utilizar los servicios sanitarios.

No hay que olvidar que el ictus es la segunda casusa de muerte en España, la primera en el caso de las mujeres, la primera casusa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia. Cada año más de 100.000 personas lo sufren en España de las cuales en un 50% de los casos quedan con secuelas discapacitantes. La atención neurológica urgente y el tratamiento adecuado en Unidades de Ictus pueden reducir estas devastadoras consecuencias. Por este motivo, los neurólogos recuerdan que si se sufren algunos de los siguientes síntomas es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061 o acudir al hospital, en caso de que no podamos contactar telefónicamente, aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos. Nunca evitar acudir a los hospitales o recibir atención por miedo al coronavirus ya que las consecuencias pueden ser fatales.

Las principales señales de alarma del ictus son:

  • Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
  • Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.
  • Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
  • Sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.

Los neurólogos insisten además en que durante el confinamiento sigue siendo recomendable llevar a cabo hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de esta enfermedad neurológica: ejercicio moderado, dieta sana y equilibrada, que todos los pacientes con factores de riesgo vascular (hipertensión, diabetes, colesterol, obesidad) sigan realizando un control estricto de los mismos y que no dejen de tomar los tratamientos indicados.