María Jesús Gurrea Rubio. Periodista y Máster en Dirección de Marketing

¿Realmente, existen unas mejores fechas, a lo largo del año, para comenzar un proceso de cambio, personal y/o profesionalmente?

Vayamos por partes. Primero: ¿Qué hay detrás de un cambio?

El deseo de alcanzar una meta u objetivo con el que creemos que nos sentiremos mejor al lograrlo, porque los seres humanos, siempre estamos persiguiendo “la felicidad”, y la buscamos adquiriendo objetos-experiencias, o cambiando hábitos (lo que requiere la implicación de la voluntad y el esfuerzo de la persona).

Segundo: ¿Qué necesitamos para emprender un cambio efectivo (= duradero), en alguna de las 3 principales áreas de nuestra vida (por simplificar): Salud, Dinero y Amor?

Motivación. O dicho de mejor modo: Automotivación. Es decir, que la motivación surja sinceramente desde el interior, en respuesta a una verdadera necesidad de transformación, en cualquier aspecto que la persona elija modificar, porque la automotivación es el combustible inagotable que te permite alcanzar el logro que tú te fijes.

Sin embargo, la motivación externa a uno mismo, siempre requiere de la presencia de un “Agente Motivador” que te recuerde tu intención de cambio. Por eso dura mientras esté presente el elemento externo a la persona.

¿Y qué sucede cuando desaparece, cuando ya no está ahí para recordarme lo que dije que quería hacer? Pues que se termina la energía y el impulso inicial va frenándose, hasta volver a los viejos hábitos, donde todo deseo de cambio queda frustrado, ya sea aprender inglés, adelgazar o hacer deporte para mantenerme sano.

Como periodista y técnico de marketing, valoro la importancia de ciertas fechas en el calendario, para motivar el cambio en el público e incitar al consumo, como pueden ser el regreso de las vacaciones o el comienzo del nuevo año. Y en ese sentido, es lícito manejar esa información desde los medios de comunicación. Sin embargo, como coach, lo que más compromete mi misión de vida es mostrar a las personas la importancia de saber “fijarnos metas-objetivos”, a lo largo de toda nuestra vida. Algo que, en mi opinión, teníamos que aprender en el colegio, incluso antes de leer y escribir, porque quien no sabe, conscientemente, marcarse sus propias metas-objetivos (de forma amorosa consigo mismo, aunque continuamente estimulante y retadora) termina, inconscientemente, cumpliendo las metas-objetivos de otras personas (habitualmente del entorno más cercano).

Cuando sabemos esto, podemos dosificar nuestro inmenso poder interno para automotivarnos y alcanzar todo logro que nos marquemos, por lo que, en respuesta a la pregunta inicial, cualquier fecha es buena para emprender un cambio, siempre que tengamos claros los pasos para conseguir el objetivo que nos hayamos fijado, y sostengamos la automotivación a lo largo del trayecto.

 

María Jesús Gurrea Rubio

Periodista y Máster en Dirección de Marketing.

Coach Ejecutiva (especializada en empresas y negocios familiares, con más de 15 años de experiencia).

Fundadora del Primer Club de Yoga de la Risa en La Rioja, en 2016.

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