El tiempo es el más valioso tesoro que poseemos, así de manera imperceptible, como un soplo, pasan cuarenta años, dando por finalizada nuestra vida profesional.

¿Debes preguntarte acerca de cómo fue este periodo? ¿Es más coherente, dejar la subconsciente percepción, que inevitablemente tenemos, sin racionalizarla? Una vez realizada la pregunta, solo queda un camino, seguir. La pediatría es vocacional, no se debe llegar a ella sin la profunda convicción de amor a los niños, ellos son la esencia de la especialidad.

El motivo para hacer Medicina, en mi caso, fue para ser Pediatra, ni siquiera el posterior descubrimiento del lado oscuro, la dureza de la lucha por la vida, sobretodo cuando se invierte el orden natural, te hace dudar de tu elección.

Es reconfortante la evidente mejoría de la Pediatría en La Rioja, tanto en primaria como en especializada. Animo a mis compañeros a continuar en ese camino.

En mi despedida solo me queda agradecer el inmenso cariño que he recibido que, sinceramente, pienso no haber merecido.