Es más fácil que un niño que vea hacer deporte en su entorno se sienta atraído por él, que quiera practicarlo por imitar a sus padres. Por esta razón es importante que los padres estimulen al niño en su práctica desde edades tempranas.

También es importante planificar el tiempo que se dedica a su educación enfocada a la práctica de actividades que le ayuden a desarrollarse física y mentalmente. Y que realice ejercicio acorde con su edad y capacidad física.

Los deportes de equipo para un niño, adolescente o joven son importantes en cuanto al aprendizaje de labor en equipo, pertenencia a grupo y sociabilización. Permiten adquirir la costumbre del esfuerzo, el respeto a las reglas, hábitos que forman parte de la educación necesaria para el trabajo de un adulto.

Es importante, así mismo, que conozcan la amplia gama de deportes que existen y que ellos decidan para cuál se encuentran más capacitados. Empeñarse en que practiquen el deporte que les guste a sus padres es probable que acabe en fracaso y abandono del mismo.

Si queremos luchar contra la epidemia de nuestros tiempos, la obesidad, es fundamental que el tiempo de ocio no esté siempre asociado al sedentarismo: televisión, ordenador, videojuegos, etc.

En cuanto al adulto que no ha adquirido este hábito de joven siempre está a tiempo de reconducir su actitud. En mi consulta veo a diario personas que con los años van añadiendo kilos a su figura y con ellos la hipertensión, el colesterol, la diabetes etc.

El adulto debe enfocar su actividad deportiva a su salud. Es importante saber qué se quiere conseguir y cómo lograrlo. Perder peso, ganar tono muscular y amplitud articular, resistencia aeróbica a la fatiga son objetivos que nos deben dirigir hacia una actividad u otra. También hay que darse cuenta de dónde partimos y cuál es nuestro estado físico actual. Es muy importante pedir consejo médico a este respecto. Siempre debemos empezar con ejercicio suave e ir ampliando tiempo e intensidad según nos vayamos adaptando al mismo.

Para perder peso, además de llevar una dieta saludable y acorde al gasto energético de cada uno, lo indicado sería practicar ejercicio aeróbico de bajo impacto como andar, bicicleta estática o de pista, nadar, elípticas, remo, donde se realiza ejercicio continuado sin exceso de pulsaciones.

Para mejorar el tono muscular podemos realizar ejercicios con pesas o goma elástica dirigidos por un monitor profesional de acuerdo a la capacidad física y la edad.

Para ganar elasticidad y amplitud articular podemos optar por la práctica del pilates, yoga y otras muchas escuelas en las que se realizan movimientos controlados y reglados para mantener y mejorar la elasticidad que desgraciadamente se pierde con el paso del tiempo.

No podemos olvidar que ante cualquier actividad deportiva las reglas de oro son calzado e indumentaria adecuados, calentamiento previo y estiramiento posterior para dejar en calma los músculos empleados, así como mantener la continuidad en la práctica deportiva y planificar el tiempo empleado. Conviene recordar otras normas de sentido común como que realizar esfuerzos en frío provoca lesiones musculares, que hay que mantener una hidratación adecuada y saber elegir las horas con menos intensidad de calor para hacer deporte.

La satisfacción que se consigue tras el ejercicio es conocida por los que lo practican y por eso os invito a que lo probéis, es cuestión de salud.

Y ante la mayor de las excusas para no hacer ejercicio, la falta de tiempo, recordar la frase “el que quiere encuentra la manera y el que no quiere la excusa”.