La Escuela de Pacientes con enfermedades respiratorias ayuda a evitar fracasos terapéuticos

En este número de Saludable vamos a adentrarnos en la Escuela de Pacientes con enfermedades respiratorias de la Consejería de Salud y Políticas Sociales. Esta Escuela aborda aspectos relacionados con la información, educación y cuidados a los pacientes de dos enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC y la apnea del sueño, a sus familiares y a sus cuidadores. Dada su importancia vamos a conocer esta Escuela de Pacientes en dos fases, primero nos acercaremos a la enfermedad de EPOC y en el próximo número a la apnea del sueño.

“Si usted fuma o ha fumado y le han diagnosticado una EPOC, no se asuste, esté tranquilo, es uno de los afortunados al que le han realizado una espirometría y tendremos muchas posibilidades de controlar, atender y frenar la enfermedad”. Así recibe la Escuela de pacientes https://escuelapacientes.riojasalud.es/enfermedades-respiratorias/epoc

a quienes se acercan a esta plataforma online para saber más sobre esta enfermedad y para compartir experiencias.

La EPOC afecta al 10,2% de los adultos en nuestro país. Se estima que cerca de veinte mil personas la padecen en La Rioja y dos millones en España.

Veamos qué es la EPOC, cuáles son los tratamientos y cómo manejar los diferentes sistemas de inhalación de fármacos que hay en el mercado, porque muchos de los fracasos terapéuticos en estos pacientes vienen de la mano de una inadecuada técnica de coordinación y manejo de los fármacos inhalados.

El tabaco es la causa principal

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida por sus iniciales EPOC, es un trastorno respiratorio, que se caracteriza por la dificultad crónica del paso del aire por los bronquios. Pueden sonar más otros términos “bronquitis crónica” y “enfisema pulmonar” que son características clínicas y patológicas que participan en la enfermedad.

El enfisema pulmonar se produce por la rotura de los alveolos, formando sacos de aire en los pulmones. La bronquitis crónica mantiene inflamados los bronquios lo que provoca un aumento de la producción excesiva de moco en los pulmones, que causa tos durante periodos muy prolongados.

El tabaco es su causa principal y contribuye a aumentar la gravedad de la enfermedad. Fumar durante años termina produciendo EPOC a muchas personas. No fumar o dejar de fumar a tiempo es la clave para no contraer esta enfermedad o evitar que la enfermedad avance y siga destruyendo los pulmones. No hay que olvidar que el daño producido en los bronquios y pulmones es irrecuperable.

Algunas personas desarrollan EPOC aunque no son fumadores, pero han respirado el humo del tabaco consumido por otras personas (convivientes, compañeros de trabajo, etc) lo que al final produce los mismos efectos perjudiciales.

Aunque en sus inicios no siempre produce síntomas, la EPOC tiende a empeorar con el tiempo y es necesario diagnosticarla y tratarla. Fatiga (sensación de ahogo), tos y expectoración son los síntomas más frecuentes. Se comienza a tener tos y expectoración (expulsar flemas) por las mañanas, al levantarse de la cama. Después comienzan a sentir fatiga al realizar determinados esfuerzos como subir escaleras, caminar rápido, cargar la compra, subir una cuesta e incluso los pacientes más graves sienten fatiga para realizar las actividades básicas como peinarse, asearse, vestirse, ponerse los zapatos y realizar actividades domésticas más habituales.

El diagnóstico a partir de una espirometría

La EPOC se diagnostica con una sencilla prueba, la espirometría.  El espirómetro mide la velocidad y la cantidad de aire que entra y que se puede expulsar de los pulmones. En el caso de tener EPOC se detecta un descenso en los flujos de aire que espiramos (salida de aire). A mayor cierre de bronquios menos salida de aire. La espirometría, además de ser la prueba fundamental para su diagnóstico, es una herramienta muy útil para establecer el grado de afectación de la enfermedad: leve, moderada o severa. Y además nos sirve para controlar la respuesta al tratamiento y valorar si existe mejoría. Hay otras pruebas que ayudan en el estudio y seguimiento de los pacientes con EPOC como la radiografía de tórax para detectar signos de enfisema, bullas, bronquitis crónica; la pulsioximetría para medir la saturación de oxígeno en la sangre; la gasometría arterial para medir el nivel de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre mediante la extracción de sangre de una arteria, habitualmente la arteria radial; y el análisis de esputos para detectar infecciones.

La EPOC es incurable, pero los tratamientos actuales mejoran los síntomas y ralentizan la progresión de la enfermedad. El paciente debe dejar de fumar de forma radical. Incluso en ocasiones sólo con dejar de fumar se acaba el problema, aunque la mayoría de los pacientes requieren un tratamiento continuo para mantener sus síntomas bajo control. Es posible que los síntomas no desaparezcan del todo, pero se puede llevar una vida plena con el tratamiento.

Videos en la Escuela de Pacientes

El tratamiento farmacológico se administra en la EPOC mediante inhaladores o espráis. El medicamento llega directamente a los pulmones actuando directamente sobre los bronquios. Por ese motivo es muy importante realizar la técnica de inhalación de forma correcta para que llegue la mayor cantidad del fármaco posible a los bronquios. Además de los fármacos broncodilatadores y antiinflamatorios, el tratamiento se puede complementar con terapias respiratorias, vacunas o rehabilitación espiratoria.

La EPOC no es una enfermedad curable, pero el dejar de fumar, seguir el tratamiento farmacológico y no farmacológico son eficaces para manejar, controlar y frenar su progresión. Además, se aconseja realizar ejercicio físico con regularidad y moderada intensidad; llevar una dieta saludable y equilibrada para evitar el sobrepeso y la desnutrición y mantener una adecuada hidratación. Ayuda también mantener un correcto horario de sueño, evitar la polución e inhalación de contaminantes como lacas, insecticidas, pinturas o detergentes y evitar también los cambios bruscos de temperatura, así como el frío excesivo.

En la Escuela de Pacientes podemos encontrar diferentes vídeos dirigidos por el doctor Carlos Ruiz, jefe de Neumología del Hospital San Pedro y distintos gráficos con recomendaciones y consejos para eliminar secreciones, la toma de medicamentos, realizar actividad física y seguir una dieta saludable.