El Virus del Papiloma Humano (VPH) representa una de las infecciones de transmisión sexual más comunes y está adquiriendo, además, una creciente importancia en Salud Pública, fundamentalmente por su relación con el cáncer de cuello de útero.

Casi todos los adultos sexualmente activos contraen el Virus del Papiloma Humano en algún momento de su vida, aunque en la mayoría de los casos no lo saben porque por lo general el Virus del Papiloma Humano no causa síntomas y desaparece por sí solo. Sin embargo:

  • En los casos en los que los virus de los tipos asociados al cáncer no son eliminados, y quedan en las capas profundas de la piel y mucosas genitales, aparecen al cabo de los años lesiones precancerosas (hasta en 30 de cada 100.000 mujeres) que si no se eliminan quirúrgicamente, evolucionan hacia el cáncer.
  • Otros tipos de Virus del Papiloma Humano pueden causar verrugas genitales y otras lesiones.

Estas vacunas frente a la infección por el Virus del Papiloma Humano suponen un avance extraordinario en la lucha contra el cáncer y sus lesiones precursoras.

El objetivo de la vacunación es la prevención del cáncer de cuello de útero y de otras lesiones asociadas a la infección por el Virus del Papiloma Humano.

Idealmente las niñas deberían ser vacunadas antes de comenzar su actividad sexual, ya que la vacuna es más eficaz en niñas o mujeres que no han contraído ninguno de los tipos del Virus del Papiloma Humano contra los que protege la vacuna.

En el año 2008, la vacuna frente al Virus del Papiloma Humano se incorporó a nuestro Calendario de Vacunaciones en sintonía con las recomendaciones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Esta vacuna se administra en 6º de Primaria a la edad de 11-12 años, ya que los estudios realizados han concluido que la edad óptima de vacunación en las niñas se encuentra entre los 11 y los 14 años.

En las niñas de esta edad, la vacuna se administra en dos dosis a lo largo de un período de seis meses.