Este lunes, día 12, Día de Internacional de la Enfermería, la consejera de Salud y Políticas Sociales, María Martín, ha puesto en valor a los profesionales de enfermería, “agentes de primer nivel en promoción de la salud, prevención de la enfermedad y en educación sanitaria, que contribuyen a solventar buena parte de los problemas de salud de las personas a lo largo de su vida”.
Aprovechando la efeméride, la consejera ha presentado un programa liderado por el colectivo de enfermería de Atención Primaria, en el que colaboran otros profesionales como médicos de familia y fisioterapeutas, para prevenir, detectar y atender a la fragilidad. En esta presentación, María Martín ha estado acompañada por la gerente de Atención Primaria, Begoña Ganuza, y por la directora de Enfermería de Atención Primaria, Victoria Musitu. El denominado Programa de Fragilidad forma parte de la Estrategia de Atención al Paciente Mayor Complejo de La Rioja.
En este sentido, María Martín ha señalado que este programa, que se inicia en junio, “nos permite adelantarnos preventivamente y poner en marcha las acciones y protocolos necesarios para evitar el progreso rápido hacia fases de fragilidad que llevan a las personas mayores a ser seres muy vulnerables y, en la mayor parte de los casos, dependientes”.
De esta forma, según ha destacado la directora de Enfermería de Atención Primaria, Victoria Musitu, ante sospecha de fragilidad, el profesional de enfermería y/o el medico puede conocer el riesgo a través de unos dispositivos/ sensores que se colocan al paciente a modo de cinturón (unidades de medición) conectado a una Tablet para poder evaluar en la que vuelcan los datos y de ahí pasa a Historia Clínica Selene.
Dichos sensores recogen diferentes movimientos del paciente (en marcha, incorporándose de una silla…) y lo transmiten al software que da como resultado un informe de riesgo de fragilidad y caídas.
Si en el informe se confirma este riesgo, se inician las acciones necesarias para evitar el progreso rápido hacia fases de fragilidad. Si hay un elevado riesgo, los profesionales de enfermería, y también otros profesionales de Atención Primaria que puedan observar signos previos a la fragilidad, derivan al fisioterapeuta para la instauración de terapias en sesiones individuales, y también grupales.
Estrategia del Paciente Mayor Complejo
La Estrategia del Paciente Mayor Complejo, es una hoja de ruta justificada por la necesidad de ser garantes de la continuidad asistencial a toda la población y sobre todo a la más vulnerable y frágil, las personas mayores, población que va en aumento. Han participado en su elaboración la Gerencia de Atención Primaria del SERIS, en colaboración con profesionales de Psicología, Medicina Interna, Geriatría, Salud Pública, Atención Primaria y Comunitaria, Neurología y Trabajo Social
Algunas de las líneas priorizadas en la estrategia del Paciente Mayor Complejo comenzaron a desarrollarse en La Rioja como la Unidad Móvil de Extracciones a Domicilio que ya ha atendido a 150 pacientes desde su puesta en marcha en abril del 2024.
Otras líneas contempladas en la Estrategia:
Garantizar la continuidad integral e integrada en la atención a todos los pacientes mayores complejos crónicos con la máxima seguridad:
- Adaptar la organización a las necesidades del paciente mayor complejo: Potenciar el papel de la enfermera gestora que identifica y hace el seguimiento de los pacientes con alta complejidad y/o dependencia, facilitando la coordinación entre los profesionales de los distintos niveles y sectores, articulando una respuesta única más eficiente para la atención integral de las necesidades de salud de estos pacientes. Se ha definido el protocolo de actuación de 2 enfermeras de enlace y gestoras de casos y ya están llevando a cabo todas las funciones definidas.
- Potenciar la autonomía, el autocuidado y garantizar la atención al cuidador.
- Gestionar el conocimiento: formación e investigación.
Perfil del paciente
El perfil del paciente mayor complejo reúne las siguientes características:
- Edad avanzada.
- Presencia de varias enfermedades crónicas al mismo tiempo o sólo una que lo hace muy vulnerable y frágil.
- Alta frecuentación de consulta de Atención Primaria, de los servicios de urgencias, consultas externas y hospitalización con ingresos prolongados.
- Polimedicación en su tratamiento farmacológico.
- Disminución de la autonomía personal, temporal o permanente y frecuentes situaciones de discapacidad y dependencia.
- En muchos casos soledad y falta de bienestar emocional.
- Consumo de gran cantidad de recursos sanitarios y sociales.