Hoy en día, la salud no se considera simplemente como ausencia de enfermedad. Se entiende que una persona sana es aquella que goza de un bienestar general, tanto físico como psíquico o social, y es precisamente en la infancia donde se van modelando las conductas que dañan o benefician la salud, concepto que actualmente se conoce como “estilo de vida saludable”, que incluye el abandono del tabaco, alcohol y otras drogas, la práctica deportiva, la nutrición adecuada, y el desarrollo de nuevas vacunas.

Hábitos saludables en la infanciaEducar a los niños y niñas en Hábitos Saludables desde temprana edad, es la medida preventiva mas eficaz para mejorar la condición de salud a lo largo de toda la vida del individuo.

Desarrollar en ellos hábitos y costumbres sanos, que los valoren como aspectos básicos de la calidad de vida y que rechacen las pautas de comportamiento que impidan la adquisición de un bienestar físico y mental, ayudará a lograr cumplir el objetivo de “vivir más, vivir mejor” al evitar procesos patológicos desde su raíz, como las enfermedades cardiovasculares (ECV), aterosclerosis e hipertensión arterial, la ingesta calórica excesiva con obesidad, niveles elevados de colesterol, sedentarismo, hábito de fumar y beber alcohol.

Varios factores de riesgo podrán ser modificados, si se incorpora en la educación de los niños y niñas no sólo aspectos sanitarios, sino también sociales, culturales y económicos, para alcanzar un “estilo de vida saludable” incluyendo la promoción de hábitos saludables como el tipo de dieta cardiosaludable y hábitos nutricionales, el patrón de conducta personal y comportamiento (horas de televisión, videojuegos), hábitos (tabaco, alcohol), estilos de vida (actividad física, sedentarismo), la estructura social, y las variables biológicas, y factores ecoambientales.

El estilo de vida, está estrechamente relacionado con el comportamiento general de la comunidad y es una cuestión de masas de población.

Para introducir nuevos valores y que los niños adquieran hábitos saludables duraderos que redunden en su bienestar y calidad de vida, sobre todo de cara a su posterior desarrollo físico e intelectual, será conveniente que los padres sirvan de modelo.

Ha sido demostrado que los niños presentan una mayor predisposición a consumir alimentos saludables y a llevar una vida activa si tienen el ejemplo de sus padres y de otros miembros de la familia.

Es decir, si la familia practica hábitos saludables es mucho más fácil convencer a los hijos de que hagan lo mismo, y sus efectos se prolongarán a lo largo de toda la vida.

Los datos hablan por sí solos: los 11 años es la edad en la que un preocupante porcentaje de niños comienza a fumar; el 31% de la población infantil tiene sobrepeso, de ellos el 12% es obesa; el hecho de que La Rioja es la C.A. con la menor edad de inicio en consumo de bebidas alcohólicas, que el 23,78% de la población infantil no hace ningún ejercicio al aire libre, ve 2 horas al día la TV el 29,53, e incluso pasa mas de 3 horas diarias frente al TV el 18,3%.

Recomendaciones

Alimentación

La prevención de la obesidad infantil, comienza en la etapa prenatal: habrá que controlar la ganancia de peso durante la gestación de la madre en niveles inferiores a 12 kg.; Durante la etapa de lactante, la mejor alimentación es la lactancia materna, retrasando la introducción de alimentación complementaria hasta después del 6º mes; Durante la edad escolar y adolescencia el niño deberá conocer los alimentos, valorar las necesidades de todos ellos y aprender a comer de todo.

Es importante que la familia se reúna, para comer juntos, y utilizar estos ratos para charlar, compartir impresiones y hacer proyectos. Eduque a comer despacio.

No se debe utilizar la comida como sistema de castigo, no hay que buscar entretenimientos y hay que evitar que los niños coman delante de la televisión.

Lo ideal es hacer cinco comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.

El desayuno es una comida importante, porque aporta la energía que su cerebro necesita para rendir adecuadamente en el colegio, y puede incluir leche, que puede sustituirse por yogurt o queso, cereales (pan, galletas, o diferentes formas de repostería o comerciales) y una ración de fruta que puede ser entera o en zumo.

A partir de los 2 años puede tomar lácteos desnatados, que no deben superar 500 cc. al día.

Para la media mañana (durante el recreo) y la merienda tomarán fruta fresca o un pequeño bocadillo, evitando la bollería industrial y las chucherías.

La comida y la cena deben incluir alimentos nutritivos complementarios. Enséñeles a comer verduras, ensaladas, legumbres, verduras crudas o ensalada y, la carne y el pescado horneados, asados a la parrilla o hervidos.

Deben comer al día 5 raciones de fruta. Los niños habitualmente comen la cantidad que necesitan, sírvales raciones proporcionadas para su edad, no es necesario forzarles, siempre que se controle que no coman fuera de horas, y tampoco les enseñe a repetir ni a untar.

Promoción de actividad física regular

Es importante incluir actividades físicas en la rutina diaria de la familia entera, planificando los horarios para que todos se muevan: pasear, montar en bici, ir a nadar, al parque o simplemente salir al exterior a jugar, que ayudará a mantener en forma a toda la familia, y aprovechar para que los niños jueguen con otros niños.

Se recomienda hacer al menos media hora de deporte al día, tres días a la semana, con las protecciones necesarias, y en lugar seguro, pero concéntrese en la diversión más que en habilidades determinadas. Los niños no deben hacer pesas. Utilice las escaleras.

Limite la cantidad de tiempo que los niños pasan delante del televisor y las videoconsolas, ofreciendo como alternativa de ocio una mayor dedicación a la lectura, que fomenta la creatividad y la imaginación de sus hijos. Si usted se interesa por los libros, su hijo le imitará.

Seleccione los programas de TV adaptados a la edad de sus hijos. Comente con ellos sobre lo que ven, y enséñeles a rechazar los contenidos sexistas, sensacionalistas, o que fomenten la violencia o competitividad. Evite los videojuegos que no sean adecuados a su edad, violentos o no constructivos. Dedique tiempo, atención y afecto a sus hijos.

Sueño

Evite las actividades intensas o excitantes (juegos físicos, ver la TV, jugar al ordenador) en la hora previa a irse a la cama, y las bebidas con cafeína, el café, el té y el chocolate, varias horas antes de acostar al niño.

Acostumbre a sus hijos a acostarse a la misma hora todos los días, leyendo un libro. Pueden acompañarse de un objeto (peluche, trapo) pero a partir del año retire el chupete.

Los niños deben ir a la cama con sueño pero no dormidos. No deben ir a dormir con el estómago vacío ni inmediatamente después de una cena abundante.

No conviene que los niños tengan un televisor ni el ordenador en la habitación.

No todos los niños necesitan dormir el mismo número de horas, pero hay que respetar las horas de sueño necesarias para cada uno.

Higiene

Acostumbre a los niños y niñas a lavarse las manos, incluidas las uñas, antes de tomar alimentos y siempre después de haber ido al cuarto de baño o de venir de jugar.

En cuanto tenga suficiente edad sustituya el baño diario por la ducha, de pocos minutos, a una temperatura de 34 a 36º.

Para la higiene bucodental, los niños ya pueden cepillarse solos los dientes para los 2 años, aunque durante los primeros años es conveniente revisarlos cuando termine. Acostúmbrele a que se cepille, por lo menos dos veces al día, y siempre antes de acostarse. Si ven a los padres hacerlo, aprenderán más fácilmente.

No es recomendable que las niñas usen toallitas perfumadas para la higiene íntima. Enséñele que los genitales se limpian desde delante hacia atrás.

Eduque a sus hijos a tener precaución con la exposición al sol, y acostúmbreles a la utilización de protectores solares.

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